El papa Francisco decidió cortar por lo sano las especulaciones sobre su estado anímico tras la filtración de documentos secretos sobre las finanzas del Vaticano. Después del rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, Jorge Mario Bergoglio se refirió por primera vez a la publicación de dos libros que demuestran las resistencias de la curia a sus reformas. “Sé que muchos de vosotros”, dijo el Papa a los miles de fieles, “estáis turbados por las noticias que han circulado en los últimos días a propósito de documentos reservados de la Santa Sede que han sido sustraídos y publicados. Quiero decir, antes que nada, que robar estos documentos es un delito. Es un acto deplorable y que no ayuda”.
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Durante su intervención, el Papa también envío un mensaje a quienes consideran que, a fin de cuentas, los libros favorecen la imagen de Bergoglio por cuanto desenmascara a los sectores más retrógrados del Vaticano. Además de utilizar la palabra robo y delito, el Papa dijo que la filtración fue una equiovación: “Yo mismo había pedido que se hiciera aquel estudio. Mis colaboradores y yo ya conocíamos bien esos documentos. Ya se han tomado medidas que han empezado a dar frutos, algunos de ellos ya visibles ”. Francisco también quiso dejar claro que en su ánimo no está tirar la toalla: “Este triste hecho no me desvía del trabajo de reforma que estamos llevando adelante con el apoyo de todos vosotros. Sí, con el apoyo de toda la Iglesia”.
Fuente: internacional.elpais.co